lunes, 11 de octubre de 2010

Escenarios

Estaba viendo la programación del VI Congreso de novela y cine negro de Salamanca donde el tema es "Crimen sin fronteras - fronteras del crimen", y me hizo pensar sobre qué sería realmente el género negro y cuál sería su origen. Una primera línea la separa de la novela policial, sustentada por un lado por la existencia de un enigma que se debe resolver por medio del ingenio y la lógica; y por el otro por la presencia de una autoridad. No importa que los artífices que van a descifrar sean o no policías. Trabajan en su nombre y con los mismos fines. Atrapar al criminal.
En la novela policial normalmente el asesino y el ladrón no se salen con la suya, porque han sido desenmascarados por el héroe.
Cuando Rodolfo Walsh traza en su ensayo Dos mil quinientos años de literatura policial un canon para la novela de enigma, atraviesa la historia buscando a estos personajes que lograron ver una luz entre las sombras y develaron todo tipo de crímenes. El concepto de justicia aquí es en cierto modo cerrado, ya que desde el momento en que el asesino es descubierto, sólo resta su castigo. Pero amén de todo esto, la idea de que existe una coherencia moral e intelectual en este procedimiento convierte al género en "blanco".
Si yo quisiera trazar una línea posible de división sería la de que el género negro sigue un modelo heroico (o antiheroico) de acción, y la novela policial no.
El modelo heroico está representado sobre todo en la literatura griega antigua. Personajes enfrentados a una tarea que siempre es política porque transcurre en el corazón del poder: Orestes, Teseo, Aquiles, Ulises, Antígona, son agonistas. Luchan por conseguir algo y luchan contra un sistema del que ellos son socios menores o intermedios. Los motivos no siempre son claros, no siempre son correctos y siempre están más allá de ellos mismos. No importa la justicia de un emprendimiento, porque para llevarlo a cabo estarán ofendiendo a un dios o a otro, o al propio sistema que rige ese mundo sobrenatural y que es el que dicta la suerte de los hombres.
Hay una suerte de código penal impulsado por motivos para los que los hombres son ciegos y que además siempre los involucrará por hybris, ya que para conseguir sus fines deberán ser arrogantes. Y si no lo son, no existirá la tensión que moverá al drama o la tragedia. Tienen que cometer excesos y pagar por ellos.
Yo creo que el primer modelo de investigación "negra", es la que lleva a cabo Edipo. Él busca a un culpable de las desgracias que sufre Tebas y descubrirá que es él mismo. No es el proceso lógico deductivo puro que jalona las obras de enigma, ni el fenómeno distante del observador, del que juzga. Pudo haber sido la coartada de superficie de esta historia, y la moraleja que cae sobre Edipo es que nunca estás fuera de la trama criminal. Cuanto más investigues más vas a ver que estás formando parte de ella. Así también la forma en la que Edipo reconstruye la historia tiene mucho que ver con un método de investigación periodística. El juego de ironía que Sófocles propone en esta tragedia arranca ya desde el momento en que el héroe se convierte en rey de la ciudad porque derrota a la Esfinge resolviendo el enigma que ella proponía y de alguna manera ese rol de salvador es el que él entiende que hace falta volver a repetir. Pero todo está comprometido. El hombre con sus circunstacias y con su cuerpo. No puede hacer nada por volver aséptica su acción. Al final del camino le espera un espejo en el que todas las actitudes criminales, de encubrimiento o de simple negación de los hechos en que se vio envuelta toda su familia, terminan por atraparle. La inteligencia se vuelve en su contra.
Otro héroe de género negro es Hamlet. El héroe melancólico y atormentado. Más cercano al espíritu de un Orestes, pero sin ese carácter resuelto. El "Algo huele a podrido en Dinamarca" es el diagnóstico de la novela negra. Cuando Raymond Chandler escribe su ensayo El simple arte de matar utiliza esta formulación: el estado, el seno del poder, está podrido, corrupto. Los funcionarios y políticos actúan de manera criminal amparados por la ley. Ellos dictan las leyes y son los primeros en violarlas.
Toda la dinámica del género está marcada por este héroe/antihéroe que suma su acción a la de un mundo criminal, donde la maquinaria de poder no está ni fuera ni enfrente, sino entrelazada con el hampa. También está el aparato del estado como poder corruptor. En Hamlet, la actitud de un Polonio, de un Rosencrantz y un Guidenstern, y hasta de la propia Gertrudis, están determinadas por la complicidad. Distintas formas de complicidad, pero complicidad al final de cuentas. Hamlet, aún siendo parte de ese estado, se levanta contra el mismo. Purgar la podredumbre danesa le lleva a cometer él también crímenes por los que será castigado. No alcanza con la moralidad que impulsa los actos, porque los actos cobran dimensión criminal y hay que pagar por ello.
Yo reduciría el mundo de moralidad y acción que define a la novela negra en los términos que plantean estas dos tragedias, pero sólo en ese contexto macro. Creo que el antecedente canónico más cercano de la novela negra está en el western y esto es por cuestiones evolutivas tanto políticas como de paisaje.
El personaje heroico es también un participante clave de las novelas del Oeste y se enfrenta con las formas de poder existentes. Un sheriff, un juez, un dueño de un bar donde pasa toda la vida de ocio (sexo y alcohol), unos terratenientes, pistoleros a sueldo, cazafortunas. El entramado siempre impone que exista una conexión muy fuerte de lo que serían estas polis ficticias, en las que otros actores sociales despliegan los mismos conflictos.
Si vemos los westerns encontraremos que estos elementos participan: en Silverado, en Unforgiven, en muchas historias podemos encontrar un sistema narrativo que está dominado por el paisaje y por las fuerzas sociales que toman forma en él. El paso de una literatura a otra lo va a dar el cambio y la evolución de ese paisaje, cada uno correspondiente a una etapa diferente de desarrollo.
Novelas como La llave de cristal y Cosecha roja de Dashiell Hammett se ubican en un punto de salto histórico del desarrollo urbano. Los personajes que participan de ellas están muy cerca del mundo más elemental del western. Y digo elemental porque las formas todavía tienen algo de primitivas, de esenciales. Mutan, por supuesto, porque todo el escenario público muta. Aparecen nuevos actores sociales, otros se taran o se extinguen, algunos cambian su signo, su polaridad, pero todas las fuerzas son casi las mismas. Sobre todo en las novelas de Hammett donde se puede percibir los rasgos del traspaso de un paisaje al otro. Una urbanización que si bien no es temprana, ya empieza a cristalizar. El panorama de Chandler no será éste. En Chandler lo urbano lo es todo, tiene menos aliento periodístico, más intimidad, más psicología, más "literatura". Él propone el detective privado. Lo extrapola de la realidad y lo convierte en más observador. Las criaturas protagónicas de Hammett están haciendo el trasvase, se aíslan de su propio entorno porque las circunstancias los arrastran. No es una opción ni moral ni laboral. Sí de dinero, por supuesto, pero está más marcado por el ser expulsado de su ambiente o redefinido que cualquier otra cosa.
El personaje de Hammett traiciona la banda, se aleja de ella. Claro que Sam Spade también tiene mucho en común con Philip Marlowe, pero literariamente se define luego de desgajarse de las estructuras de poder.
Algo de esta situación se puede ver también en la serie de HBO Boardwalk empire, producida por Martin Scorsese. Transcurre en los años del comienzo de la ley seca y se focaliza en Atlantic City. La precursora de Las Vegas, pero que se quedó a medio camino en el desarrollo y en la historia. Algo que también perjudicó su evolución mafiosa.
Nucky Thompson (Steve Buscemi) es el tesorero del ayuntamiento y desde allí controla el juego, el alcohol y la prostitución. Está bajo las órdenes del Alcalde, que está muy viejo para llevar los negocios y él se encarga de todo, y representa a los grupos de poder de la ciudad, todos involucrados en los mismos crímenes. Antes de ser tesorero, Nucky fue sheriff de Atlantic City, puesto que ahora ocupa su hermano con la categoría remozada de jefe de policía. En Boardwalk empire se ve el fenómeno de transición de un paisaje a otro. Se ve cómo esta banda de americanos favorecidos por el desarrollo de su ciudad, empieza a tener que contemporizar con las nuevas bandas de irlandeses, judíos, italianos y negros. Todo está en un estadio temprano. Sus formas están más cerca de los salteadores de caminos de fines del XIX que del crimen organizado del XX. Son más inocentes en muchos aspectos. Sus relaciones como grupo no son para nada complejas y los códigos duros y trabajados que uno ha visto en las historias de la mafia, aquí todavía tienen un toque de ingenuidad. Pero algo está cambiando y seguramente les va a afectar.
Hay un personaje curioso que es el de Jimmy Darmody (Michael Pitt) que acaba de venir de luchar en la Primera Guerra Mundial. El tipo viene desencantado y con toda la conciencia de que lo único que sabe hacer es matar. La idea de que el contexto de guerras y cambios va modificando a los personajes es parte de este concepto evolutivo. Un hombre se convierte en máquina de matar y usa ese saber para volcarlo al mundo del crimen.
La realidad como paisaje, como escenario de fondo para que un grupo de personajes que surge de un mundo cambiante actúe y se modifique, hace que el género negro-criminal evolucione y se diversifique. La ficción se convierte en un terreno de construcción y reconstrucción constante, pero yo creo que el primer paso es definir cierta línea troncal que trabaja sobre la traducción de lo real por un lado y con la reformulación de ciertos tipos de personajes de corte heroico. Un conflicto de tipo heroico con amigos y enemigos, con héroes y villanos. Los matices y la riqueza de este universo está en manos de quienes construyen las historias, pero me parece que es importante abrir una primera apreciación donde el canon de un cierto tipo de novela, como la negra, se distancia muchísimo de la que se tipifica como policial, porque el decurso de esta última es otro. Yo abro esta primera mirada, muy a sabiendas de que aún hay que escarbar mucho más.

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